miércoles, 20 de octubre de 2010

VIDAS PARALELAS

En mi pecho una pequeña maquina rechina cada vez que te nombro.

Creo que es mi corazón.

Busco la palabra justa para definirte pero en mi mundo no existe un término

capaz de delimitar quien sos.

Escapo de mis propios sueños, como tratando de no pasar un mal trago otra vez.

Compongo canciones con tu nombre, le pongo asentó a la última letra

para marcar una leve diferencia con los demás.

Dices que es lindo a pesar de que es imposible.

Trato de no pensarte pero te pienso.

Trato de no hablarte pero te hablo.

Trato de bloquearte pero no puedo.

Un clavo saca a otro clavo, dijiste.

No te pienso como un clavo, podría escribir un libro sobre los clavos

pero prefiero pensar que el tiempo es el único Dios curador capaz

de hacerme olvidar algo que realmente no es.



Voy caminando por la vida tratando de buscar las verdades

de su interior, si ese destino que describes es capaz de hacerte pensar que

un día nuestras calles no serán solo paralelas, y que no necesitaremos de las nuevas

herramientas de comunicación para decirnos “Hola, cómo estas?” “Bien y tu?”

creeré en esa posibilidad de cruzarnos.



La confusión de apodero de mi cabeza.

Cierro los ojos e imagino un paisaje verde,

cuento hasta diez para que todo sea aún más perfecto.

Puedo ver las flores cerrarse con el crepúsculo de tus ojos y

la brisa de la voz de la primavera acariciando la reminiscencia de

mis recuerdos.

La confusión disfraza mis pensamientos, en ellos suelo ser la mujer más

cruel que ha vivido en la faz de la tierra pero con una lagrima en la cara.



En mi pecho una pequeña maquina rechina cada vez que te nombro.

Si creo que es mi corazón.

Esa maquina oxidada es capaz de manifestarse a pesar

de que deje de creer en muchas cosas desde hace tiempo,

Cuan es extraño es todo ahora que pude decir una verdad.



Pato Avendaño 18/10/10

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